El turismo desempeña un papel clave en la Unión Europea debido a su potencial económico y de empleo, así como a su impacto social y medioambiental. De hecho, la industria es el tercer sector económico más importante de la UE. El turismo representa a más de 2,3 millones de empresas (principalmente PYME), con un empleo de hasta 17 millones de personas. En 2018, el sector de los viajes y el turismo representó el 10,3 % del producto interior bruto de la UE (Servicio de Estudios del Parlamento Europeo, 2017). El número de llegadas de turistas internacionales a la UE alcanzó los 671 millones en 2017, lo que representa más de la mitad del mercado mundial (51 %). Y se espera que estas cifras aumenten en los próximos años…
Desafortunadamente, también tiene efectos negativos en su entorno: presión sobre los recursos naturales, contaminación e impactos físicos. Por ejemplo, el turismo emite el 4,9 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y se prevé que estas emisiones se dupliquen con creces en 2050 en el escenario actual (Servicio de Estudios del Parlamento Europeo, 2017). No obstante, el sector turístico y el cambio climático están interrelacionados. Si bien el turismo contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo del transporte turístico, también se ve muy afectado por el cambio climático.
La dimensión medioambiental del turismo es cada vez más importante con el tiempo. De hecho, hoy en día ya hay un número cada vez mayor de proyectos que promueven el turismo sostenible y ético. Las etiquetas de turismo sostenible forman parte de este movimiento. Todo comenzó en 1987 con la introducción de la Bandera Azul que se ocupa de las playas, y el Cardo Azul, que cubre los alojamientos en el Kleinwalsertal, Austria. El número de etiquetas de turismo sostenible en el mundo alcanzó 60 en 2000. En 2017, se incluyeron 231 etiquetas, en las que participaban entre 40.000 y 50.000 organizaciones turísticas en todo el mundo (es decir, el 1 % de todas las organizaciones turísticas) (Plüss, Zotz, Monshausen y Kühhas, 2012).
De acuerdo con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el futuro del turismo debe ser sostenible. Esta es la razón por la que se espera que las certificaciones, que recompensan el impacto positivo sobre el medio ambiente y la sociedad, sigan adquiriendo cada vez más importancia.
Source: unsplash